Con el tiempo se muda el gesto

Hoy me he parado, de forma muy improvisada, a pensar que escribir en este blog y con que motivo. No sé ni si quiera si esto llegará a ser leido o no.

Hace ya varios años que dejé de mostrar actividad en el mundo micronacionalista, tanto en el ámbito hispano-parlante como el de las wikias de mayor espacio global. La razón fue una que se arrastró desde que empecé a meterme en este espacio como un entretenimiento político, el fraude.

No os confundáis, fuí Juan Carlos Valls y dejé esto siendo Juan Carlos Valls, que era el seudonimo cibernético que usaba para representarme en el mundillo. Ya más adelante trataré de esclarecer todo lo sucedido con el Cuervo.

Yo entré en la Wikia de Micronaciones como, seguro, muchos usuarios de la época, gentes que se iniciaban o le apasionaban los temas referidos a historia y política. Y como amantes del devenir de los tiempos, el poder crear tu propio país y marcar en la historia (del micronacionalismo) era una tentación que muy dificilmente uno podía obviar. Por aquel momento era más joven que ahora, inexperto en la materia de Wikia y sobretodo poco sutil al meterme en esa comunidad, yendo de tropel más por el entretenimiento de escribir algo acorde a la ideología que promulgaba en el momento que por el proyecto micronacional en sí.

Las relaciones diplomáticas también eran un buen aditivo pues de alguna forma no sólo te hacía sentir ejercer una auténtica jefatura sino que prolongabas tu proyecto con los de otros, haciendo que los límites se ampliasen y eso, dentro de lo que cabe, es bonito.

Pero en poco tiempo no solo me sentí aislado, sino algo "traicionado" por las gentes que promulgaban este proyecto. En su mayoria, a mis inicios, los que vulgarmente llamabamos digitalistas. Claro, con estampas tan llamativas, eventos tan detallados y noticieros de escándalo, uno, cosciente de sus limitaciones, trataba de relacionarse con micronaciones que aparentaban esa potentosa actividad que no dudaban en ocultar, era lo obvio. Pero estas, a pesar de su clara e irreal actividad, se atrevieron (y digo atreverse por no decir algo más ofensivo) a calificar a los iniciados de lúdicos y tratar de apartarlos. Eso claramente inicio un rencor naciente, además de demostrar que no fue una estrategia práctica, porque en vez de guiar o ayudar a los novicios en el mundillo prefirieron aislarse para seguir en sus comunidades cerradas, eso sí, sin renunciar a la buena representatividad que te daba una Wikia y de llamarse micronaciones. Cosa que, con el tiempo, sentí como un hecho casi autista porqué, calificar algunos usuarios de ser micronaciones poco serias o lúdicas perdía valor y sentido cuando los acusadores eran precisamente eso. Fue de muy poco talante, y cuando se pedía explicaciones (cuando yo y otros reconociamos nuestra "ficticia" actividad) preferían callar y seguir en sus blogs cerrados, en islas ficticias con datos ficticios. Claramente no fue nada, pero nada serio.

Ahí me relacioné con las micronaciones inglesas y traté de aminorizar la actividad para hacerla algo más acorde al mundo micronacionalista, con amigos míos de varios sitios para dejar a un lado lo que vendría ser la Wikia y hacer algo más serio. Hubo rifirafes, aunque no mentiremos que añadieron más salsa a una historia que nos gustó participar y que, en definitiva, nos entretuvo y eso no está mal (República Social Roteña). Pero luego, tras las relaciones nacientes con la micronación Atlantis y ciertos trapicheos de la Wikia global del momento, decidimos apartarnos, además de que cada sitio tenía sus costumbres y no nos sentiamos parte de esa comunidad.

Cuando volví a la órbita hispano-parlante volví en un momento de aparente crítica férrea a las micronaciones digitalistas que, para variar, seguían igual. Lo digo en serio, sin rencores, pero me parecía una austiada (con todo el perdón) el negarse haber tenido relaciones de ninguna forma con otros sin renunciar claramente a la actividad que promulgábais con tanto fervor, porque de haber sido lo contrario hubiera imperado más la humildad y no esa egolatría que tan mala pata hizo y rehizo.

Aquí entra el tema de los neo-somatistas y demás de lo cual yo, como venía explicando, poca relación tenía porque al final no había nada. Con algunos artículos, criticando las cosas que decía con anterioridad pero tomándomelo de forma más personal (la edad), me empecé a colocar inevitablemente en algunos noticieros y supongo que con más facilidad cuando había una persona con tantas cuentas. Ahí me relacioné con Juan Trobat y él lo hizo con Raziel, que fueron las únicas personas parpables y fiables ante esta maraña de blogs y noticias que sólo se auto-halagaban. Yo aún así me sentí importante en aquella época, supongo porque quien tuviese el hábito de escribir en tantas cuentas al mismo tiempo no podía seguir el ritmo del que manejaba una solo (este blog), pero pronto las cosas empezaron a olerme mal.

Conocí al tan afamado usuario Fernando Forneo. Afamado por sí mismo, que había grabado personalmente a Timeria y quien redactaba artículos participando en eventos tan irreales como los de Rommel. Yo hablé con él vía Skype, junto a Trobat, todo con aire de buena fe. Tal fue la buena fe que nos enseñó él mismo un screenshot del mismo foro donde se mostraba que la amplia mayoría de micronaciones del momento eran de la misma persona y misma IP (ip que en sus días trató de ocultar, ya que amenazó a la Wikia que yo hice con Trobat de publicarlo para así no mencionarlo, imprudencia por mi parte pero ya se le había visto las orejas al lobo). La cosa resultó más sospechosa cuando, al unísono, mucha gente empezó aminorarme cuando más me afamaba, y sobretodo gente de Timeria y micronaciones que antes si lo hacía, supongo que se debía a que el núcleo no-multicuenta y activo empezó a rodearse en mi persona. Derrepente todo se me derrumbó, aquellos que me apoyaron externamente a mi círculo no dejaban de ser más de lo mismo, aquellos que criticaban tan fieramente al digitalismo, eran simplemente más digitalismo. Todas esas definiciones eran la paranoia de una misma persona, y digo paranoia porque no entiendo porque Fernando Forneo, habiendo caído su blog, el de Aguamarina, la UME, San Simón, Timeria y el de tantos, seguía acusando a los demás de ser multicuentas e incluso a mí, cuando yo en el mismo foro que me registré y del cual él screensheó las IPs podía verse perfectamente que yo no formaba parte de la misma. La seriedad se hundía y donde veía la luz ahora había una amplia oscuridad y una brecha abierta de la cual ya no quise ser partícipe, no por el descenso de la actividad sino porque ahora todos eran el cuervo pero a la vez nadie lo era. No sé a día de hoy a que santos venía lo del cuervo, pero sé que lo usé mucho, pero como comenté en sus días, quien tenía los escollos y las manchas con las cuentas falsas fue precisamente Fernando Forneo y no yo, porque como dije anteriormente, no me señalaban de micronación o persona seria. Ahora ese Rummel que teoricamente él llamo, esa Timeria que visitó, esa guerra civil que él presencio, toda esa maraña de eventualidades que caían por una misma IP dejaron de existir y nunca llegó a dar una explicación: sólo acusarme a mí y a otros de hacer multi-cuentas. Esa actitud me pareció tan enfermiza que no podía depararme nada bueno, sobretodo cuando mi apuesta por el micronacionalismo pasaba por personarme e hacer conferencias en la vida real... pues temía que mi persona fuese afectada de alguna forma por este sujeto y sus necedades. Traté de ahunar a todos los micronacionalistas serios para hacer una única micronación, para que así se pudiese simular una actividad auténtica que diese paso a un proyecto más serio y real, la llamada Confederación, con videos, reuniones y congresos cara a cara etcétera (por lo menos a nivel penínsular).

Y es que esa era la cuestión, dar la cara. Porque lo que se hacía era precisamente lo contrario. De ahí la buena fe en el Congreso Micronacional de Sevilla, sí, casualmente porque varios eramos de Sevilla, pero de haber sido en otro sitio Raziel y yo nos pensamos de personarnos allí (y también Juan Trobat supongo), porque era hora de tomárselo en serio, pero no con gente como Fernando Forneo por ahí. Y todo más aún cuando mi actividad parecía coincidir con otras cuentas... que ya era el colmo porque ya, por más que me asomase, si alguien hacia otra actividad ya era un síntoma de multi-cuenta y eso a mí ya me superaba. No iba a ser más partícipe de ese circo que murió desde un inicio por poca seriedad.

Ahora ya tengo una edad, unos deberes y una madurez. He decidido compartirlo con ustedes tras dejar esa maraña de cuentas y actos irracionales que ya se empezaro a dar hace años. Para que penséis, recapacitéis los que aún seguís ahí y para recordar, hasta con cierto cariño, lo que fue un pasado común muy feo, y que quienes quieran tomar un testigo, que lo hagan con cabeza. La seriedad debe nacer de la misma seriedad, no de la apariencia de seriedad.